23 julio 2006

DISMINUIR EL PASO, CAMBIAR EL RUMBO








Hace algunos años, en las olimpíadas para minusválidos de Seattle, también llamadas Paraolimpíadas, nueve participantes, todos con deficiencia mental o física, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros llanos. A la señal, todos partieron no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de sí, terminar la carrera y ganar el premio. Todos, excepto un muchacho que tropezó en el piso, cayó rodando y comenzó a llorar. Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Viendo al muchacho en el suelo, se detuvieron y volvieron. Todos!!! Una de las muchachas, con Síndrome de Down, se arrodilló le dio un beso al muchacho y le dijo: Listo, ahora vas a sanar. Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada. El estadio entero se puso de pie y no había un sólo par de ojos secos. Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquel día, repiten esa historia hasta hoy. ¿Por qué? Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar, sólo es ayudar a los demás a vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo.

05 abril 2006

POEMA DE LA DETERMINACIÓN


WALT WHITMAN

ME CELEBRO Y ME CANTO A MÍ MISMO

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes túy
cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.

Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.

Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.

Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento purocomienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.

Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas
a la energía original de la naturaleza desenfrenada.

Versión de León Felipe